domingo, marzo 12, 2006


La odisea a punto de comenzar.

Dentro de muy poco dejaré el primer ejemplar de Las demasiadas horas en un café de Sevilla, liberando de este modo el primero de los libros. Los siguientes serán liberados en unos días en distintos puntos de la geografía española: Santiago de Compostela, Girona y Madrid.

Los libros llevan una nota manuscrita que viene a decir lo siguiente:

Nota del autor.

Atento lector / atenta lectora:
Como bien sabes, el fin último de un libro es que sea leído. Para un autor, el regalo a su esfuerzo es la lectura. Algunos libros esperan pacientemente su hora y su lector en una estantería de la librería o incluso en una balda de supermercado. Este libro que tienes ahora en tus manos y que mañana estará en otras manos, se atreve a romper el equilibrio de la razón y hace valer el dicho sobre Mahoma y la montaña, siendo la montaña – el libro- el que salga a buscar a su lector y a su lectora.
Esta y no otra es mi intención, hacer que el libro circule libremente por donde la casualidad lo lleve. Te pido, por favor, dos cosas:

1. La primera es que una vez que lo hayas leído se lo pases a alguien de tu querencia para que a su vez lo lea o bien, siguiendo un impulso más aventurero, lo dejes en algún café de tu elección para que otra persona pueda leerlo.

2. La segunda es que visites la siguiente dirección de Internet y dejes un breve comentario contándonos dónde encontraste el libro, si alguien te lo hizo llegar, qué te ha parecido… lo que quieras decirnos será bien recibido. Hagamos pública la travesía homérica de esta novelita.


Te agradeceré que intentes, atento lector, atenta lectora, evitar el deseo de posesión y dejes el libro libre, perdona esta sonora licencia. Déjalo buscar su sino, su camino, que no se detenga nunca, a no ser por viejo y decidido.

Eternamente agradecido:
Joaquín Blanes

Ojalá que esta experiencia sea grata a todos los lectores.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Qué puedo añadir a este comentario que no hayas dicho ya? Me parece una idea genial ir pasando el libro de mano en mano, y sobretodo, cuando esas manos son ajenas y desconocidas sin ncesidad de adquirirlo en una librería. Es la primera vez que he escuchado sobre el Bookcrossing, no sabía de su existencia. Nunca he encontrado un libro, y tienes razón al decir que los libros esperan impacientes en las estanterías de nuestras casas deseosos que les leamos.
Yo pasé tu libro a otras manos, y esas manos las siguen reteniendo, es hora de decir que lo pase de mano en mano por todos tus alumnos de primero de producción.

10:52 a. m.  

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